Noche Buena.

26.12.2019

Se llegó la noche buena, las calles cubiertas de nieve, jardines adornados de una manera muy iluminada con luces y árboles navideños. En algunos los acompañaba un muñeco de nieve, algunos vestidos con un sombrero de mago, bufanda, nariz de zanahoria, ojos de piedra y una sonrisa en forma de media luna dibujada (algunos portaban botones hechos de piedra o formados con abolladuras).

La música que emanaban las luces navideñas era tranquilizadora que relajaba el alma, figuras de Santa Claus en trineo en los tejados y otros con ángeles cantando con un libro en manos cada uno y hechos de una manera caricaturesca al estilo series como Heidi, en una de las casas que se encontraba en el medio de una cuadra, a pesar de ser una de las mejores adornadas de todas las casas alrededor suyo, tenía mala fama de que uno de los niños; cabello en forma de hongo, edad de diez años, estatura de 1.47 metros. Era considerado un ladrón en el último año, pero solo se quedaban cortos, este niño de nombre Saúl no solo robaba dinero a sus vecinos y alguna pertenencia pequeña, sino que también le encantaba torturar animales pequeños.

A las aves disfrutaba de cortarle las alas dejándolas inútiles y algunas llegaban a morir, hámster los metía en una cubeta con cazuela con aceite hirviendo, perros de raza pequeña como los chihuahuas los golpeaba hasta fracturarlos, pero eso no se sabía, para los vecinos siempre era un misterio por qué sus mascotas eran maltratadas a tales grados sin razón alguna; los padres de este no se daban cuenta de los maltratos pero si de los robos y en todos sus esfuerzos nulos por hacerlo crear consciencia de sus actos, Saúl cada vez se las ingeniaba para ocultar mejor las cosas que hacía; a pesar de todo eso su alma infantil seguía intacta, creía en Papá Noel y él estaba completamente seguro de que ese año se había portado bien, al llegar la noche el pequeño no podía resistir la emoción de que Santa llegara a traer regalos como años anteriores, cada año bajaba cuando escuchaba el ruido de alguien caminando y lo veía, pero jamás se animó a hablarle, pero ese año estaba decidido en ir y saludarlo.

-------------11:34 PM-------------

Aún faltaba menos de media hora, el pequeño Saúl no podía dormir de la emoción, en ese instante comenzaron a escucharse cencerros y cadenas oxidadas, era un sonido que llenaba al niño de angustia y miedo pero estaba seguro de que se trataba del trineo, era la primera vez que no se dormía, seguro que era el rechinido del trineo.

Comenzó a escuchar pasos en la planta baja de la casa, pero estos no se escuchaban como los pasos de una persona, el sonido que emanaban esas pisadas eran de pezuñas, como si algún animal de granja se hubiera metido a la casa, Saúl ignoró ese sonido y corrió con emoción a mirar por los barrotes de la escalera y vio que se trataba de "Santa Claus" bajó rápidamente de las escaleras con una gran sonrisa en su rostro, se detuvo mirándolo con los ojos bien abiertos llenos de alegría, la figura al darse la vuelta las luces navideñas con la poca iluminación que emanaban revelaron a una criatura parecida a un íncubo. Su rostro diabólico está adornado con cuernos en la frente, una larga lengua roja y una cabellera negra. Tiene el cuerpo cubierto por un tupido pelaje oscuro, patas de cabra similares a las de un fauno, empuñaba un saco rojo con sus manos esqueléticas, se acercó al niño y este a pesar de sentir miedo al ver su apariencia creía de que verdad era Papá Noel, colocó su mano en el hombro del niño, Saúl no dejaba de sonreír cuando de repente la criatura lo tomó del cuello estrujándole la garganta, el pequeño trataba de gritar pero su grito era ahogado por la brutal fuerza que le aplicaba esa mano a su cuello, pudo haberle quebrado el cuello pero por alguna razón desconocida este podía seguir vivo con gran dolor que sentía y sin ningún rastro de aire que llegara a sus pulmones, la figura comenzó a abrir el saco rojo y Saúl vio que dentro de este se encontraban niños aullando de dolor con alguna parte de su cuerpo mordida.

La larga lengua de la criatura lamió la mejilla del niño de repente le lanzó una mordida a su mandíbula arrancándola y masticándola, varios de los dientes cayeron al suelo dejando pequeñas manchas de sangre, la sonrisa demoníaca que reveló que le gustó el sabor del niño, este a pesar de que su mandíbula fue arrancada seguía vivo, no se sabe como pero seguía vivo, Saúl fue introducido al saco con los demás niños, la figura que simulaba ser Santa salió de la casa cinco minutos antes de la media noche. Los padres escucharon algunos ruidos y bajaron a investigar su origen, lo único que encontraron los dejó perplejos y horrorizados, pequeñas manchas sangre que habían dejado dos de los dientes en el suelo, revisaron las recamaras y al notar que uno de sus hijos había desaparecido pasaron del horror a llanto, rápidamente procedieron a llamar a la policía, estos llegaron rápidamente y minutos después llegaron los forenses, al llevar los dientes con la sangre a corroborar de quien eran, pasaron llamada a los padres diciéndoles que la sangre y los dientes pertenecían a Saúl Pérez. La familia quedó en silencio por momento y de inmediato trataron de buscar a su desaparecido hijo; sin embargo pasaron cinco navidades y nunca se volvió a saber de él.

Según la leyenda un demonio llamado Krampus aparece en la temporada de navidad siendo mayormente común su aparición en el 5 o 6 de diciembre, este entra a las casas para llevarse a los niños que se portan mal al infierno y comérselos, cada año muchos niños desaparecen en esas fechas siendo todos de los que han hechos malos actos en el año, mientras no deje de haber niños que se porten mal, Krampus jamás pasará hambre.

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